domingo, 12 de noviembre de 2017

¿Cómo se crea un zombi?


La octava temporada de «The Walking Dead», que se estrenará esta madrugada a las 3.30 horas en Fox en estreno simultáneo con Estados Unidos, arranca con el capítulo número 100. Todo un hito para una ficción que ha sido todo un éxito pese a formar parte de un género hasta entonces minoritario: el mundo zombi. Aunque lo más terrorífico es siempre la maldad de los hombres obligados a sobrevivir (esta temporada comenzará con una guerra a muerte entre Rick y los Salvadores de Negan), los muertos vivientes son un ingrediente esencial de esta receta de éxito.

El padre de los zombis de «The Walking Dead» es Greg Nicotero, jefe del equipo de efectos especiales, director y productor ejecutivo. Según él, la clave de su éxito es el realismo con el que están ideados y construidos. «Mi padre era médico y yo hice mis exámenes en medicina y cada verano hacía prácticas en un hospital. Con ese conocimiento, me aseguro de que nuestros zombis sean anatómicamente perfectos. Esto ayuda a la gente a creer y piensan que efectivamente así serían los caminantes si existieran», explica.

Gracias a este «ojo clínico», Nicotero es capaz de fijarse en los detalles más pequeños. «Gran parte de mi inspiración viene de ahí. Sé que cuando un cuerpo se descompone toma cierto aspecto sangriento, la piel se destensa... algo parecido a las fotos de momias. Y siempre ves los dientes», subraya el creativo. De hecho la dentadura es una de las claves del zombi perfecto. «Hay que separar los labios de las encías. Cuando empezamos "The Walking Dead para mí era una de las cosas más importantes, mostrar constantemente los dientes, de tal forma que se remarcase esa forma de calavera. Los dientes expuestos dan bastante miedo, son el primer arma de los zombis», afirma Nicotero.

En su taller, hay hasta 200 esculturas diferentes de muertos vivientes, para que ninguno sea igual que otro. «Entonces luego consiste en hacer una especie de mezcla de varios elementos. Cada persona es un lienzo nuevo», señaló el creativo, que después hace malabares con las prótesis de silicona, las lentillas para dar un aspecto blanquecino a los ojos y el maquillaje. «Tardamos como hora y media en maquillar a cada extra».

Entre tantos extras, incluso el propio Nicotero no ha podido evitar la tentación de aparecer varias veces la serie como muerto viviente. «No soy un actor, lo hago para divertirme, pero es muy entretenido ver el proceso y cómo se sienten los actores. De esta forma los entiendo mejor», apuntó Nicotero. «He transformado a miles de actores. Es el poder del maquillaje, te convierte en otra persona, y eso es fascinante», añadió este cineasta, parte de la escuela del fallecido George A. Romero, padre del género.